La adicción al trabajo es un fenómeno psicológico ligado al desgaste laboral y al empobrecimiento de las relaciones sociales y familiares, entre otros aspectos negativos. Es por eso que en muchos casos, cuando está presente, se requiere de apoyo profesional por parte de psicólogos especializados en terapia.

A lo largo de este artículo veremos en qué consiste exactamente la adicción al trabajo, cuáles pueden ser sus posibles causas y factores de mantenimiento, y qué se puede hacer desde la psicología para superarlo.

¿Qué es la adicción al trabajo?

La adicción al trabajo es un estado psicológico en el cual la dedicación a la actividad laboral pasa a ser casi la prioridad absoluta para la persona, haciendo que la línea entre la vida privada y la profesional se difumine a costa de esta última.

Las consecuencias negativas de esto son muchas, y a largo plazo incluye incluso la bajada de rendimiento en el trabajo; sin embargo, la peor parte repercute en el estado de salud física y mental de quien la sufre, así como en sus relaciones y seres queridos.

Las personas que desarrollan adicción al trabajo son también conocidas como “workaholics“, lo cual hace referencia a un patrón de comportamiento típico: trabajar a todas horas sin que exista alguien que les presione para ello, haciendo horas extras y cuando es posible trabajando también desde casa.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que la adicción al trabajo no es un concepto que aparezca definido como tal en los manuales diagnósticos utilizados en psicología clínica y psiquiatría (DSM-5 y CIE-10). Esto no significa qué técnicamente no es una adicción en el mismo sentido en el que lo son por ejemplo el alcoholismo o el juego patológico (ludopatía), lo cual no significa que no sea un problema que sea recomendable tratar en psicoterapia.

Sin embargo, hay diferencias entre la adicción al trabajo y las relaciones de dependencia a drogas o a los juegos de azar.

Por ejemplo, mientras que las adicciones que aparecen en estos manuales son muy graves y muy raramente desaparecen por sí solas sin intervención profesional, en el caso de la adicción al trabajo sí es habitual que con el paso del tiempo uno deje de expresar este patrón de comportamiento, y el riesgo de recaer es significativamente menor.

Síntomas

Algunas de las señales de alerta que indican la existencia de un problema por adicción al trabajo son las siguientes:

  • Serias dificultades para ceñirse al horario oficial de trabajo.
  • Fatiga.
  • Rumiación (pensamientos recurrentes que tienen que ver con cosas que preocupan a la persona, en este caso vinculadas al trabajo).
  • El trabajo consume casi todas las horas del día no dedicadas a dormir y comer.
  • Se intenta comer a la vez que se trabaja (sobre todo si la labor se basa en mirar una pantalla).
  • Irritabilidad ante la sugerencia de que se deje de trabajar esas horas extra.
  • Vida social muy limitada o casi inexistente más allá del mundo laboral.

Causas de la adicción al trabajo o workaholics

Las causas de la adicción al trabajo son variadas, algo que tiene en común con el resto de alteraciones psicológicas perjudiciales.

Por ejemplo, se sabe que existe un componente cultural que predispone a las personas a ser más “workaholic”: en países asiáticos como Japón o Korea del Sur este resulta un problema significativamente marcado en términos estadísticos. Debido a esto, encontramos una cultura del trabajo basada en la competitividad y el menosprecio de quien no se esfuerza.

Por otro lado, también existen trastornos psicológicos que predisponen a desarrollar este problema. Un ejemplo de ello es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo de la Personalidad, una tendencia obsesiva a amoldarse a las normas y a tender al perfeccionismo en casi todo lo que se hace.

Tratamiento

En psicoterapia se utilizan varios métodos y técnicas para ayudar al paciente a desarrollar unos hábitos más sanos en su manera de relacionarse con su trabajo, modificando la actitud con la que se acerca al mundo laboral.

Uno de los focos de la intervención psicológica consiste en permitirle poner en duda su sistema de creencias arraigadas que están reforzando y manteniendo la adicción al trabajo. Normalmente tienen que ver con sus ideas acerca de la meritocracia, su concepción de lo que significa ser un buen trabajador, etc. Esto se consigue a través de un proceso conocido como reestructuración cognitiva.

Por otro lado, también se le proponen al paciente actividades con las que puede ir modificando sus hábitos. En primer lugar se le ayuda a detectar pensamientos desadaptativos (es decir, que solo le perjudican y le llevan al auto-sabotaje).

En segundo lugar se le proponen retos y ejercicios a aplicar en su día a día y que le ayudarán a no sentirse mal por trabajar menos y de manera más organizada. Esto pasa por acostumbrarse a seguir un horario razonable, realizar ejercicios de relajación, aprender a gestionar bien los descansos, ser capaz de detectar situaciones que facilitan el caer en la adicción al trabajo, etc.

En cualquier caso, unas cuantas sesiones de psicoterapia a lo largo de varias semanas pueden conseguir que un “workaholic” vuelva a disfrutar de su tiempo libre y de su vida social y con la familia.