Podríamos definir la desrealización como la percepción de que lo que se está viviendo no es real. Se trata de un fenómeno que se produce en el transcurso de algunos trastornos como, por ejemplo, en el ataque de pánico o en el trastorno de estrés postraumático.

Puede ser algo difícil de entender y se puede confundir con otros trastornos como la esquizofrenia o los trastornos disociativos. Por ello, en el presente artículo lo definiremos, explicaremos cómo y porqué se manifiesta en los ataques de pánico, en qué se diferencia de la esquizofrenia y de los trastornos disociativos, y sus causas más frecuentes.

La desrealización según el DSM-5 (manual de clasificación de los trastornos mentales de la asociación americana de psiquiatría) es la sensación de irrealidad, es decir, es sentir que lo que nos está pasando es irreal o extraño.

Se trata de una alteración momentánea y pasajera de la percepción. Los síntomas están ligados a sentir que se está desconectado de las personas de alrededor, de los objetos, etc., o lo que es lo mismo, que se está separado o desconectado del entorno. Los síntomas de que esto nos está ocurriendo son los siguientes:

  • Sentir que lo que se está viviendo es parte de una película o que es parte de un sueño.
  • Sentir que a nivel emocional no se está en el mismo nivel que otras personas. Estas personas se suelen sentir desconectadas emocionalmente.
  • Sentir que el entorno es diferente. En otras palabras, percibir el entorno distorsionado, entre niebla, como si no fuera real, etc.
  • Sentir que el tiempo es extraño. Por ejemplo, sentir que sucesos recientes pasaron hace mucho tiempo, sentir que el tiempo pasa muy despacio o muy deprisa, etc.
  • Percibir que los objetos del entorno son diferentes en forma, tamaño, distancia, color, etc.

¿Qué es la desrealización?

El DSM-5 establece que los síntomas de la desrealización son: experiencia de que se está distanciado respecto al entorno o que el entorno es irreal. Por ejemplo, sentir que las personas o los objetos del entorno no son reales, pensar que se está en un sueño, percibir los objetos de forma nebulosa, sin vida, distorsionados, etc.

La desrealización puede constituir un trastorno por sí misma llamado: Trastorno de despersonalización que se enmarca dentro de los trastornos disociativos.

La desrealización es un mecanismo de defensa de nuestra mente para distanciarnos de algo que es emocionalmente doloroso y que es difícil gestionar y asimilar. De esta forma nuestra mente pone una “distancia de seguridad” respecto a algo que le es traumático y le sobrepasa.

Por ejemplo, cuando un ser querido ha fallecido puede producirse este síntoma de la siguiente manera: podemos percibir que el tiempo pasa demasiado deprisa, podemos sentir que somos parte de una película o un sueño, o incluso podemos sentirnos emocionalmente desconectados. Esto ocurre porque nuestra mente nos está protegiendo frente a la situación que nos está provocando el trauma.

¿Cómo se manifiesta en un ataque de pánico y porqué?

Sin embargo, cuando la desrealización se produce dentro de un contexto de ansiedad, el trauma no es real o no existe. Recordemos que en los trastornos de ansiedad el miedo que se tiene es irreal o desproporcionado a la realidad. Aun así, nuestra mente piensa que sí existe el trauma y, en consecuencia, genera el mecanismo de defensa de la desrealización. Nuestra mente pretenderá ayudarnos, por ello, cuando estamos sufriendo la situación estresante podríamos llegar a sentir que estamos en un sueño, que los objetos son irreales, etc. o lo que es lo mismo, podríamos sentir los síntomas propios de la desrealización.

Podría darse el caso de que cuando estén apareciendo los primeros síntomas de la desrealización nos pongamos más ansiosos todavía porque podríamos llegar a pensar que nos estamos volviendo locos.

Pongamos un ejemplo, María es una persona que tiene miedo a hablar en público. Su profesora le indica que salga a la pizarra y que explique cómo ha realizado las tareas del día anterior. María sale al encerado y al ver a sus compañeros mirándola directamente comienza a sentir síntomas de ansiedad que no puede controlar y que acaban derivando en un ataque de pánico. Cuando esto está ocurriendo, María siente que lo que está pasando es parte de un sueño, ya que no puede percibir a sus compañeros con claridad porque los ve entre niebla y porque las paredes del aula están más cerca de lo normal. En este momento, María se plantea si se está volviendo loca ya que su percepción de la realidad está alterada. En consecuencia, María se pone más ansiosa que antes por todos los síntomas que está padeciendo.

Por lo tanto, se podría decir, que María entra en un círculo vicioso:

La desrealización en la esquizofrenia

Cuando comenzamos a percibir la realidad de una forma alterada podemos llegar a pensar que estamos teniendo un episodio psicótico. Sin embargo, es importante realizar dos aclaraciones:

  • En los trastornos psicóticos se producen delirios y alucinaciones. Sin embargo, la desrealización no es una alucinación o un delirio. Por un lado, un delirio es pensar con absoluto convencimiento que algo es de determinada manera, aunque la realidad muestre lo contrario. Por otro lado, una alucinación es percibir algo que realmente no existe. Se puede apreciar que ni el delirio ni la alucinación se corresponden con la desrealización.
  • En la desrealización la persona sabe que lo que está percibiendo es irreal, es decir, es consciente de la situación y es consciente de que lo que ve no se corresponde con la realidad. En la esquizofrenia u otros trastornos psicóticos no se sabe distinguir entre lo que es real y lo que no lo es.

La desrealización en los trastornos disociativos

Como hemos dicho la desrealización puede constituir un trastorno en si mismo, enmarcado dentro de los trastornos disociativos.

En un trastorno disociativo, la desrealización se produce de un modo episódico, aquí no se presentan como síntomas momentáneos o pasajeros dentro de un ataque de pánico, si no que aparecen de forma imprevista , con una frecuencia elevada y suelen ser más duraderos.

Aquí la desrealización aparece como reacción al trauma como anteriormente mencionamos, con el propósito de mantener recuerdos difíciles y traumáticos controlados.

Además en los trastornos disociativos, no solo tienes presencia la desrealización, sino que también aparecen otros mecanismos como la amnesia, la despersonalización y una falta de continuidad entre los pensamientos, recuerdos, entornos, acciones e identidad.

Causas de la desrealización

La desrealización puede tener diferentes causas. A continuación, se mencionan las más usuales.

  • Algunas afecciones médicas como la epilepsia, las migrañas, la cefalea o traumatismos craneales pueden provocar síntomas de desrealización.
  • El consumo de algunas sustancias como: cannabis, alucinógenos, nicotina, alcohol, etc.
  • La abstinencia del consumo de las sustancias acabadas de mencionar también puede producir estos síntomas.
  • Algunos trastornos del sueño. Por ejemplo, cuando se duerme poco al día siguiente puede existir la percepción de que lo que se está viviendo no es real o que lo que ocurre es como un sueño.
  • Ansiedad. Como se ha visto, la ansiedad puede generar este tipo de síntomas ya que nuestra mente generará la desrealización como mecanismo de defensa ante la situación estresante.
  • Situaciones de estrés como la muerte de un familiar o amigo. Las situaciones de estrés pueden provocar estos síntomas como método de protección. Como se ha mencionado, la desrealización también es un síntoma del Trastorno de Estrés Postraumático.
  • Haber sido maltratado tanto emocional como físicamente. Las personas que han sido víctimas de maltrato tanto físico como emocional pueden sentir esta serie de síntomas como método de protección o mecanismo de defensa. Nuestra mente hace que lo que estamos viviendo lo percibamos como irreal con el objetivo de defendernos o protegernos de la realidad.

Tratamiento para la desrealización

Como hemos visto, la desrealización forma parte de la sintomatología de los ataques de pánico. Por ello, cuando se diseñan las intervenciones para el trastorno de pánico también se suele tener en cuenta la desrealización. Además, es de esperar que, si la desrealización se produce dentro de la ansiedad y que, si la intervención reduce los niveles de ansiedad, también se reducirá la frecuencia de la aparición de la desrealización.

Dicho de otra manera, si entendemos que la desrealización es un mecanismo de defensa que se genera ante las situaciones estresantes y que, con la intervención psicológica los niveles de ansiedad ante estas situaciones disminuyen, no habrá motivo para que la desrealización se siga produciendo porque no habrá nada de lo que defenderse.

En resumen, la desrealización es la percepción de que lo que estamos viviendo no es real. Algunos de sus síntomas son: sentir que estamos siendo parte de un sueño o una película, sentir que estamos distanciados emocionalmente, sentir que el tiempo está alterado, etc.

Aunque en un primer momento pueda parecer que son síntomas propios de los trastornos psicóticos es importante destacar que, esto no es así porque en la desrealización se sabe que lo que se está percibiendo no es real y en los trastornos psicóticos no.

Las causas pueden ser diversas, aunque generalmente se produce cuando existe un trauma y nuestra mente intenta protegernos de él o en presencia de algunos trastornos de ansiedad. En el ataque de pánico, por ejemplo, se produce como medio de protección ante la situación que nos genera ansiedad.

Recuerda que cuando la ansiedad se reduce, los episodios de desrealización también disminuyen.