Desgraciadamente no contamos con una fórmula específica que resuelva un proceso depresivo de manera instantánea, muy al contrario la solución requiere tiempo y esfuerzo por parte de la persona que lo padece, ya que será quién tenga que poner en marcha las estrategias que le ayudarán a salir de ella.

Las siguientes técnicas forman parte de muchos programas para superar la depresión, por lo que si tienes depresión te ánimo a que sigas estos consejos y los pongas en marcha cuanto antes.

Sal de la cama, a la hora de mejorar la depresión es de vital importancia permanecer activo, aunque en la depresión es difícil enfrentarse al día a día, el simple hecho de salir de la cama y afrontar las actividades cotidianas, hará que te sientas más capacitado, competente y mejorará tu estado de ánimo.

Realiza actividades que antes de tu depresión te satisfacían. Uno de los síntomas de la depresión es la anhedonía, es decir, la incapacidad para disfrutar plenamente de las actividades, lo que lleva a la persona a la inactividad y a retroalimentar la depresión, por tanto el hacer actividades agradables te ayudará a mejorar y a alcanzar cierta satisfacción y mejorará tu estado de ánimo. También puedes añadir nuevas tareas que podrías ejecutar en solitario o acompañado y que has ido dejando por falta de tiempo, pereza u otras causas.

Realiza ejercicio físico, no hace falta que hagas ejercicio físico como si fueras un deportista de élite, haz ejercicio conforme a tus posibilidades físicas (caminar, natación, gimnasia de mantenimiento, pilates, yoga…). cuando realizamos deporte segragamos endorfinas, sustancia que influye positivamente en el estado de ánimo, relaja favoreciendo el descanso nocturno y te sentirás más vital.

Rompe con la rutina. Si nuestra vida es rutinaria es posible que esto nos pueda llevar a perder la motivación a la hora de hacer las cosas, ya decíamos antes que realizar actividades es muy beneficioso para la depresión, también cambiar nuestra rutina habitual pude serlo. Intenta cambiar la manera en que haces tu trabajo, intenta conocer personas nuevas, cambia de trayecto a la hora de ir y volver a casa.

Realiza actividades en la naturaleza. Elige actividades que sean de tu gusto, caminar por la montaña, nadar en el mar, pasear por el bosque… Observar el paisaje, los animales, las flores, la puesta de sol, no solo conseguirá relajarte sino también que tomes conciencia de las cosas agradables que nos ofrece la vida.

Cuida tu aspecto físico: La valoración que tenemos de nuestra imagen es un pilar importante en nuestra autoestima. Sentirnos bien con nuestro aspecto nos mejora el estado de ánimo. Mantente aseado, viste ropa que te guste, cuida tu imagen, pero no te obsesiones con ello.

Cuida tu alimentación. Es importante que mantengas unos horarios estables de comida y que tengas una alimentación equilibrada. En la depresión muchas veces se pierde el apetito y no comer no te ayudará precisamente a sentirte bien. En otras ocasiones se presenta un aumento del apetito, lo que hace que la persona coma sin control, lo que lleva a una sensación de incapacidad para poder controlar los impulsos que tampoco ayuda a mejorar la depresión.

Mejora tu patrón de sueño. Es posible que si estás con depresión tu patrón de sueño se haya deteriorado y te cueste conciliar el sueño o te despiertes en medio de la noche. Para mejorar tu sueño, evita las cenas copiosas, ventila la habitación y mantén una temperatura confortable. Antes de acostarte puedes hacer ejercicios de relajación sencillo que te ayuden a conciliar el sueño.

Amplia tu círculo de amistades. Muchas personas con depresión se aislan de los demás o bien porque no les apetece interactuar con los demás o porque piensan que van a ser una “carga” para los otros. Nada más lejos de la realidad, la gente que nos quiere se preocupa por nosotros y harán lo que esté en su mano por ayudar. Intenta quedar con amigos incluso ampliar tu círculo de amistades, estar con otras personas te ayudará a vincularte con ellos y a disfrutar de su compañía.

Reserva tiempo para ti. En nuestra vida diaría apenas tenemos tiempo para hacer cosas para nosotros, nuestras responsabilidades y obligaciones consumen casi todo nuestro tiempo. Intenta sacar un rato para poder dedicarlo a ti cada día, ya sea para darte un baño relajante, leer algo que te guste, pasear, o cualquier otra cosa que te agrade.

Se tolerante contigo mismo. Tienes que tener en cuenta que el sentirte deprimido no es culpa tuya, por lo que no debes condenarte por ello. Centra tu atención en los logros que vas haciendo en el día a día y recompénsate por ello.

Analiza objetivamente los problemas. En la depresión muchas veces se pierde la perspectiva de las cosas y se tiende a ver todo mucho más negativo de lo que realmente es. Analiza los problemas de la manera más objetiva que puedas, si crees que has perdido la perspectiva consúltalo con laguien cercano que te pueda dar otro punto de vista. Si el problema que analizas no tiene solución, tendrás que aprender a vivir con ello y aceptarlo como una realidad dura que te toca vivir, si tiene solución, escribe todas las alternativas que tengas con las ventajas y desventajas de cada una de ellas, una vez hecho esto pon en marcha aquella que más beneficiosa sea.

Expresa tus emociones. Las emociones forman parte de nuestra naturaleza humana y nos ayudan a interpretar las situaciones. Sentir rabia, colera, tristeza, entusiasmo, impaciencia etc, es del todo normal y por tanto comunicarlas forma parte de la gestión de las mismas.

No te entregues a la autocompasion. Posiblemente estés en un momento en el que no dejas de darle vueltas a la cabeza preguntándote porque te pasa esto a ti. Con ello, lo único que consigues es retroalimentar tu derepsión generando más pensamientos negativos y predicciones pesimistas sobre el futuro, lo que hará que cada vez tengas menos percepción de control sobre la situación.

No consumas fármacos que el médico no te haya prescrito, la medicación es un recurso muy extendido para superar estados depresivos, ahora bien, como con cualquier tipo de fármacos estos se deben tomar bajo prescripción y seguimiento médico. Por lo que no es buena idea tomar medicación que alguien no experto te asegure que va bien.