La distimia es una alteración del estado del ánimo donde una persona sufre síntomas depresivos durante un largo periodo de tiempo. Esta modificación del estado del ánimo puede afectar gravemente a las personas que la sufren.

Como puede llegar a ser una patología muy importante y puede alterar significativamente la vida de las personas que la padecen, vamos a explicar qué es, cuáles son sus síntomas, cuáles pueden ser sus posibles causas, cuál es la diferencia entre la distimia y otros trastornos del estado del ánimo, y cómo se puede gestionar.

¿Qué es la distimia y cuáles son sus síntomas?

La distimia, según la Clínica Mayo, es un trastorno depresivo en el que los síntomas se producen durante un largo periodo de tiempo. Es decir, se trata de un trastorno crónico que puede tener los siguientes síntomas: desesperanza, tristeza, cansancio, irritabilidad, dificultades para conciliar el sueño, poco interés en actividades de la vida diaria, etc.

En uno de los principales manuales diagnósticos de los trastornos mentales, el DSM-5 (APA, 2013), este trastorno está incluido dentro de los trastornos depresivos y es llamado “trastorno de depresión persistente (distimia)”. Sus síntomas según este manual son:

  • Estado de ánimo deprimido durante gran parte del día.
  • Presencia de dos o más se los siguientes síntomas.
    • Mucho o poco apetito
    • Falta de sueño o mucho sueño, es decir, insomnio o hipersomnia.
    • Poca energía o fatiga
    • Problemas de autoestima
    • Poca concentración y problemas para tomar decisiones
    • Sentimientos de desesperanza
  • Los síntomas mencionados se tienen que producir durante al menos dos años seguidos
  • Los síntomas provocan malestar significativo en varias áreas de la persona: deterioro laboral, social, familiar, etc.

Además, a la vez que se padece este trastorno también pueden estar presentes otro tipo de síntomas propios de la ansiedad.

¿Cuáles son las causas de la distimia?

Como también ocurre en otros trastornos del estado del ánimo, no se sabe a ciencia cierta qué es exactamente lo que lo causa. Aun así, se conoce que lo siguiente podría tener efectos (Clínica Mayo, 2019):

  • Alteraciones a nivel cerebral. Las personas con trastornos depresivos pueden tener modificaciones en el cerebro.
  • Química cerebral. Los cambios en los neurotransmisores también podrían estar relacionados con la causa.
  • Genética. Personas que tienen familiares cercanos con este tipo de alteración tienen más probabilidades de padecerlo.
  • Acontecimientos vitales estresantes. Los sucesos trágicos o estresantes también pueden estar directamente relacionados con la aparición del trastorno.

¿Cuál es la diferencia entre la distimia y otros tipos de trastornos del estado del ánimo?

Existen diferentes trastornos del estado del ánimo. La diferencia principal entre la distimia y otros trastornos similares es que, en la distimia los síntomas depresivos se tienen que producir durante, al menos, 2 años seguidos. En el trastorno depresivo mayor, por ejemplo, el trastorno se tiene que producir durante, al menos, 2 semanas. Por lo tanto, el tiempo durante el que se presentan los síntomas será determinante para hacer uno u otro diagnóstico.

En la siguiente tabla (extraída de APIR, 2016) se muestran diferentes trastornos del estado del ánimo y sus definiciones. Estos trastornos podrían llegar a confundirse con la distimia por la similitud de su nombre o de los síntomas:

 

¿Cómo se puede gestionar la distimia?

Antes de que los síntomas se manifiesten se pueden tomar una serie de medidas para evitar su aparición como, por ejemplo, controlar el estrés, buscar ayuda en amigos y familiares, buscar tratamiento si se tienen síntomas depresivos, etc.

Aun así, si el trastorno ya está presente hay algunas maneras para poder gestionarlo. A continuación, te presentamos los principales tratamientos:

  • Farmacoterapia. Existen fármacos antidepresivos que ayudan a mitigar los síntomas. Es importante destacar que estos fármacos son más eficaces si se administran a la vez que se realiza algún tipo de terapia psicológica.
  • Psicoterapia. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser eficaz para el tratamiento de la distimia.

A la hora de gestionar la distimia mediante terapia psicológica, hay una serie de pautas o técnicas que pueden ser eficaces. Estas pautas están embarcadas dentro de la terapia cognitivo-conductual (Carro de Francisco y Sanz, 2015):

  • Psicoeducación. Es decir, entender qué es la distimia, cuáles son sus síntomas, cuáles son sus causas y qué se puede hacer para gestionarla. Es importante que las personas aprendan a identificar el trastorno para saber qué síntomas cumplen y poder trabajar sobre ellos.
  • Reducir la activación fisiológica. Como ya vimos anteriormente, las técnicas de relajación son muy útiles para reducir la activación. Concretamente, el entrenamiento en la relajación muscular progresiva de Jacobson puede ser eficaz.
  • Reducir el estrés. Para ello, como ya vimos en el artículo “cómo controlar el estrés” tendremos que realizar relajación y técnicas de gestión del tiempo y planificación de actividades.
  • Reestructuración cognitiva. Para realizar esto, habrá que identificar qué pensamientos irracionales o poco adecuados tenemos y aprender a generar pensamientos más realistas. Por ejemplo, si una persona piensa que todo el mundo le mira al salir de casa porque lleva la camisa sin planchar, tendrá que aprender a identificar que eso es un pensamiento irracional y tendrá que generar uno más racional (como, por ejemplo, no me están mirando a mí, pueden estar mirando a otra persona).
  • Mejorar la autoestima. Como ya vimos en el artículo “la falta de autoestima y cómo aumentarla”, tendremos que hacer una serie de tareas para intentar aumentarla como, por ejemplo: identificar los pensamientos negativos, aceptar las críticas, ponerse metas, tratarse con cariño, no comprarse con los demás, etc.
  • Aprender habilidades de resolución de problemas. Aprender estrategias y habilidades para solucionar los problemas que van apareciendo en el día a día de una manera asertiva y resiliente.

En cualquier caso si crees que puedes tener distimia, te recomendamos que pidas ayuda a un profesional de la salud mental con el objetivo de que te ayude y te guía en el camino a la recuperación.

En resumen, la distimia o trastorno depresivo persistente es un trastorno del estado del ánimo que se caracteriza por presentar síntomas depresivos durante al menos dos años seguidos. El origen de este trastorno se desconoce, pero se sabe que las diferencias biológicas, la química cerebral, la genética y los acontecimientos vitales estresantes pueden estar relacionados con las causas.

Para combatir este trastorno a nivel psicológico podemos hacer una serie de cosas: aprender sobre el trastorno, reducir la activación fisiológica, reducir el estrés, sustituir los pensamientos irrealistas por unos más realistas, mejorar la autoestima y aprender habilidades de resolución de problemas.