A lo largo de esta serie de artículos sobre autoestima hemos hablado sobre qué es, qué tipos existen y muchos aspectos más. Además, también hemos hablado sobre la importancia de tener una correcta autoestima para tener una buena salud mental y unas buenas relaciones sociales.

Sin embargo, todavía no hemos hablado sobre cómo aumentar la autoestima o cómo mejorar la valoración que cada persona hace sobre sí misma. En esta entrada comentaremos algunas estrategias o consejos que podrían servirte si tienes como objetivo aumentar la autoestima para tener una autoestima fuerte, óptima o positiva.

¡Empezamos!

1. Analiza tus fortalezas

Cuando tenemos una autoestima baja solemos tener tendencia a analizar y pensar constantemente sobre nuestras debilidades, pero no solemos reparar en nuestras fortalezas. Por ello, es de vital importancia que las trabajes.

Una buena manera de trabajarlas es escribir o hacer una lista de todas las fortalezas y ámbitos en los que eres competente y que analices cómo te han servido estas fortalezas en la vida. Por ejemplo, si detectas que una de tus fortalezas es el trabajo en equipo, podrías pensar de qué manera te ha ayudado esa habilidad para el trabajo en equipo en tu vida. Quizás te haya ayudado en tus estudios o en el trabajo sacándole el máximo partido a los trabajos en equipo.

2. Analiza los elogios

Muchas veces, solemos centrarnos en las críticas negativas que hacen las personas sobre nosotros, pero no solemos fijarnos tanto en qué elogios o críticas positivas hacen sobre las cosas que hacemos en nuestro día a día.

Por ello, podría ser una buena idea hacer una lista de todos los elogios que recibas durante una semana y que analices si realmente te los crees o no. Por ejemplo, si una persona te dice que eres empática, deberías analizar si te lo crees o no. En el caso de que no te lo creas, deberías posteriormente analizar por qué.

3. Analiza qué ha ido bien durante el día

Si eres una persona con una autoestima baja, probablemente solo te fijes en aquellas cosas malas o negativas que hayan ocurrido. Esto hace que veamos la realidad de manera sesgada, ya que solo nos fijaremos en una parte de la realidad.

Para contrarrestar esto estaría bien que dedicaras unos momentos al final del día para analizar qué ha ocurrido en el día y qué cosas positivas has hecho de las que podrías estar satisfecho. De esta manera no nos fijaremos únicamente en lo negativo.

4. Ponte metas realistas

Relacionado con el apartado anterior, es importante que nos pongamos metas realistas. Muchas veces necesitamos grandes logros para poder estar satisfechos con nosotros mismos y esto no es realista porque no podemos tener siempre grandes logros. Esto a su vez provoca que nuestra autoestima sea baja o inestable.

Por eso, es de vital importancia analizar las cosas que hacemos en el día a día, aunque, a priori, puedan parecer insignificantes, ya que cualquier cosa podría ser motivo de estar orgullosos de nosotros mismos. Por ejemplo, una persona puede dar por hecho que aprobar un examen, no es un gran logro. Sin embargo, yo siempre digo que aprobar exámenes o incluso haberse sacado los estudios es algo de lo que estar orgulloso.

También relacionado con ponerse metas realistas, debemos tener en cuenta que los errores son parte del proceso. Equivocarnos en algo no significa que no seamos capaces de hacer algo o que no podamos estar orgullosos de nosotros mismos.

5. Practica la reestructuración cognitiva

La técnica de reestructuración cognitiva pretende analizar los pensamientos automáticos que tenemos sobre un acontecimiento para poder concluir si son o no realistas o racionales. En el caso de que no lo sean el objetivo será volverlos más racionales gracias a esta técnica.

Pongamos un ejemplo. Imagínate que estás en el trabajo comiendo y que te manchas la camisa mientras comes. El pensamiento automático que podrías tener, si tienes baja autoestima, podría ser algo como: ya me vale, soy una patosa, siempre me mancho, es una vergüenza, la gente se va a pensar que no me aseo o que no lavo mi ropa. Todo este pensamiento puede generar cosas muy negativas como: malestar, vergüenza, ansiedad y baja autoestima.

Sin embargo, ante esa misma situación también podríamos pensar: es un fastidio haberme manchado, pero esto le puede pasar a cualquiera. En consecuencia, este pensamiento no nos generaría una baja autoestima.

Lo que pretendo decir con lo anterior es que debemos analizar los pensamientos automáticos que tenemos para poder producir pensamientos alternativos más saludables que no nos generen emociones tan negativas. Esto nos ayudará también a tener unos buenos niveles de autoestima.

6. Ten en cuenta que la actitud es fundamental

Otro aspecto que debemos tener en cuenta es que la actitud que tengamos en fundamental. Existe un concepto que se llama «profecía de autocumplimiento» o «profecía autocumplida» que dice que tener la idea de que no vamos a triunfar en algo puede hacer que no nos demos esa oportunidad para triunfar.

Por ejemplo, si no tengo confianza en mí misma y creo que voy a suspender un examen este pensamiento puede hacer que finalmente suspenda. No por nada ni porque sea adivina, sino porque mi actitud no será la misma. En cierto modo, si tengo interiorizado que voy a suspender quizás no me dé la oportunidad de estudiar porque, en el fondo, creeré que es una pérdida de tiempo y me daré mensajes negativos a través de un autodiálogo negativo.

7. Ten presente el sesgo de confirmación

Los sesgos cognitivos explican por qué, en ocasiones, interpretamos de manera incorrecta la realidad. Como bien dice su nombre, cuando cometemos este sesgo lo que ocurre es que intentamos confirmar algo.

Por ejemplo, imagínate que tienes la teoría de que vas a suspender un examen. Si intentas buscar pruebas que apoyen esta teoría, probablemente estés cometiendo el sesgo de confirmación. Es decir, si piensas cosas como: el anterior examen lo suspendí, este profesor pone unos exámenes muy difíciles, mi mejor amiga suspendió este examen, etc. Pero no te fijas o no te paras a pensar en aquellas veces en las que sí has aprobado un examen o en aquellas pruebas que demuestran que tu teoría es incorrecta.