Actualmente vivimos en la sociedad de la post verdad, los límites entre la verdad y la mentira están diluidos. Estamos rodeados de fakes news , opiniones que se disfrazan de verdad y noticias sin contrastar.

Es posible que en política sea la esfera donde más se mienta, Bill Clinton, donald trump, laila Freivalds son ejemplos de ello, pero no solo los políticos mienten, todos mentimos.

Según el Diccionario de la Lengua Española, mentir es «decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa». Por tanto entendemos que las mentiras son expresiones que se emiten voluntaria y deliberadamente. Por contra una persona que “falta a la verdad”, pero que no es consciente de estar haciéndolo, no estaría mintiendo sino que está exponiendo su propio error.

¿Qué tipos de mentiras existen?

Los tipos de mentiras existentes pueden dividirse en dos grupos, las mentiras piadosas y las mentiras que se dicen para el propio beneficio.

Podemos definir las mentiras piadosas como aquellas que emitimos para no dañar a otras personas. Por ejemplo si alguien se corta el pelo y no nos gusta como le queda el nuevo corte, es posible que le digamos una mentira piadosa para no herir sus sentimientos y su autoestima.

En este grupo también se incluyen las convenciones sociales, por ejemplo cuando alguien nos pregunta que tal estamos y no estamos bien, nuestra respuesta general será “todo bien”.

Por tanto, las mentiras piadosas , facilitan la convivencia y evitan conflictos.

En el otro grupo de mentiras encontramos aquellas que tienen como objetivo el propio beneficio y que podrían perjudicar a otros.

¿Los animales mienten?

Efectivamente los animales también mienten, no solo los humanos lo hacen, hay otras especies animales que utilizan esta estrategia en su propio beneficio.

Por ejemplo, el ave africana Drogo, utiliza la mentira para conseguir comida.

Los Drogos emiten una señal de alarma que es interpretada por suricatas, azores y estorninos como señal de la presencia de un depredador. Esta confianza es utilizada por el Drogo, para emitir “falsas alarmas” de la presencia de depredadores, así consiguen que cuando emiten una falsa señal de alarma de la presencia de un depredador, los demás animales abandonen su comida y ellos puedan hacerse con ella.

Esta estrategia también la ponen en marcha los monos cibus capuchinos o monos de cara blanca. Engañan a los otros miembros del grupo con sus señales de alarma para quedarse con los frutos que los demás han recogido.

Otro ejemplo que encontramos en animales que usan la mentira, es el cerdo Kunekune de Nueva Zelanda que engaña a los cerdos de mayor rango en la jerarquía de la manada para quedarse con la comida.

A pesar de que haya otras especies que usen las mentiras en su propio beneficio somos los humanos los que más usos y beneficios encontramos en ellas y las usamos con multitud de objetivos, ya sean estas mentiras piadosas o mentiras en nuestro propio beneficio.

¿Porqué mienten las personas?

Son muchas las razones por las que las personas mentimos, por ejemplo para quedar bien con los demás, para evitar castigos, algunas mentiras sirven solo para cubrir otras mentiras, para conseguir algo o para vengarnos de otras personas. Todos estos son motivos que nos mueven a construir mentiras.

Veamos más detalladamente cada una de estas razones:

  • Mentiras para quedar bien: son aquellas que usamos para ser aceptados socialmente. Cuando nuestra autoestima es deficitaria y creemos que no seremos aceptados socialmente, tendemos a mentir para crear en el otro una imagen diferente de nosotros mismos a través de mentiras. Por ejemplo, cuando alguien se avergüenza de su puesto de trabajo, mentirá y dirá que tiene un trabajo de más rango que el que realmente ostenta.
  • Mentiras para evitar castigos: nuestra naturaleza nos empuja a evitar castigos, por tanto mentir nos permite zafarnos de ellos. Por ejemplo cuando un niño rompe una lámpara jugando, posiblemente mienta a sus padres y les diga que se cayó sola o simplemente que él no fue.
  • Mentiras para cubrir más mentiras: cuando una persona miente en muchas ocasiones necesitará cubrirla con otra mentira. Esto requiere un doble esfuerzo, por un lado debe recordar su mentira y crear otra que sea coherente con la primera. Por ejemplo si una persona ha mentido en una entrevista de trabajo respecto a su nivel de inglés, y éste es más bajo de lo que dijo en la entrevista, posiblemente en las reuniones que se produzcan en ese idioma tenga que inventarse una mentira como que esta enfermo o que ha tenido un imprevisto para no acudir a ellas.
  • Mentiras para conseguir algo o mentiras instrumentales: En algunas ocasiones la gente miente como medio para conseguir algo de otra persona apelando a sus sentimientos, ya sea a la culpabilidad o a la pena del otro. Es decir, utiliza la manipulación. Por ejemplo una persona puede mentir haciendo el papel de víctima para conseguir movilizar en la otra persona el sentimiento de bondad y así conseguir sus objetivos.
  • Mentiras por venganza: algunas mentiras están al servicio de la venganza. Hay personas que crean mentiras sobre otras para minar su credibilidad y su reputación como forma de venganza.
  • Mentiras piadosas: como decíamos antes, estas mentiras tienen como objetivo no dañar a los demás ni herirlos en su autoestima.

¿A qué edad comenzamos a mentir?

Las personas desarrollamos la capacidad de mentir alrededor de los 5 años de edad.

En el laboratorio infantil de la Universidad de Salzburgo investigaron a través de juegos a que edad empezamos a mentir. Las conclusiones que extrajeron fueron que los niños de 5 años ya tienen la capacidad de mentir, mientras que los niños más pequeños no la han desarrollado aún.

Estos investigadores explican que a los 5 años ya hemos desarrollado lo que en psicología llamamos la “teoría de la mente” que básicamente es la capacidad de atribuir pensamientos, conocimientos e intenciones a los demás y que éstos pueden ser diferentes a los nuestros. En resumidas cuentas es aprender a atribuir estados mentales a los demás diferentes de los nuestros.

Los niños de 5 años comprenden que lo que ellos saben y perciben puede ser diferente de lo que perciben y saben los demás por lo que son capaces de manipular la información, mientras que los niños más pequeños creen que sus estados mentales, es decir, lo que saben y sus pensamientos son compartidos por todo el mundo por lo que el concepto de mentira no tiene cabida para ellos.

¿Qué consecuencias tiene la mentira?

Como decíamos todos mentimos, la mentira forma parte de nuestra manera de interactuar con los demás y es una forma de evitar conflictos innecesarios siempre y cuando estas mentiras sean piadosas.

Por el contrario cuando una persona ha creado su vida entorno a mentiras, genera una serie de consecuencias.

Veamos cuales son:

  • Mentir genera mucha ansiedad: fundamentalmente por dos cuestiones, una de ellas es que recordar las mentiras requiere mucha energía mental y otra es por el temor a que nos descubran en nuestras mentiras.
  • Aislamiento:Por otro lado este temor a ser descubierto hace que nuestra manera de interactuar con los demás cambie, nos aislamos y nos distanciamos de los demás, ya que a menos contacto menos probabilidad hay de que nos descubran. Por tanto con las mentiras nuestras relaciones se deterioran.
  • Imagen personal negativa: Cuando somos descubiertos creamos en los demás una imagen negativa de nosotros mismos, de ser personas no confiables. Esto hace que los demás también se distancien de nosotros. En este caso la persona que ha mentido necesitara de tiempo y esfuerzo para que los demás vuelvan a depositar confianza en él.
  • Tendencia a seguir mintiendo: Otra de las consecuencias de la mentira es que cuanto más mentimos en más mentirosos nos convertimos o dicho de otra forma, menos nos cuenta mentir. Esto se produce porque cuando mentimos reacciona el sistema límbico, que es donde se producen las emociones en nuestro cerebro. Al emitir una mentira, el sistema límbico se estimula y genera una emoción de remordimiento y culpabilidad. A medida que vamos incurriendo en mentiras, esta capacidad de estimulación va disminuyendo, por lo que con cada mentira nos ponemos en el camino de seguir mintiendo.

Conclusiones.

A pesar de que a todos las mentiras nos parecen reprochables, todas las personas mentimos ,ya sea a través de mentiras piadosas para evitar un sufrimiento a los demás o mintiendo para conseguir un beneficio personal aunque ésto pueda producir un perjuicio para las demás personas.

En cualquier caso son muchas las razones por las que mentimos, para quedar bien, para evitar un castigo, para esconder otra mentira, para conseguir algo de los demás, por vengaza o piadosamente.

Cuando mentimos de forma sistemática, somos menos sensibles a nuestros remordimientos hasta que éstos desaparecen, pero hay otras consecuencias de carácter social que también están presentes cuando aparecen las mentiras. Sentirse ansioso y la tendencia al aislamiento son don de ellas que sufre la persona que miente, pero también puede aparecer el rechazo social cuando sus mentiras son descubiertas.